La cantante mexicana Julieta, conocida artísticamente como Cachirula, compartió en entrevista cómo la música ha marcado su vida desde temprana edad y cómo ha logrado construir un estilo propio que mezcla sensualidad, autenticidad y fortaleza femenina. Con una carrera en ascenso y presentaciones internacionales como su próxima participación en Coachella 2026, la artista reflexiona sobre los retos de las mujeres en la industria musical y el impacto que busca dejar en sus seguidores.
¿Cuándo te diste cuenta por primera vez que la música tenía un poder profundo en ti?
Yo creo que desde que tenía 12 años, recuerdo que las primeras canciones que escuchaba en la radio o en la televisión creaban mucho impacto dentro de mí, entonces siempre busqué que fueran parte de mi día y pues hoy me dedico a la música.
¿Te acuerdas de alguna canción que te venga a la mente?
Sí, yo creo que hay una que se llama 99 Balloons, es una canción alemana o algo así. Me gustó la traducción al inglés, es un clásico muy ochentero. Y otra de Empire of the Sun que se llama We Are the People. Creo que son las canciones que más recuerdo que me impactaron, me gustó mucho la música.
¿Cómo crees que tu música refleja tu evolución como persona en tu carrera?
Creo que el sonido de mi voz poco a poco ha sido más aterrizado, creo que tiene una intención más consciente, con más visión. Entonces creo que ahí se nota la evolución musical.
¿Cómo te ha permitido la música hacer una declaración sobre ti misma?
Creo que pocas personas aprenden a diferenciar la línea entre la sensualidad que tiene la mujer hoy en día. No logran diversificarla y siempre la toman como algo tabú. Dentro de mi arte he tratado de imprimir mucho de esa sensualidad sin prejuicios, porque creo que el arte también es eso: no tener tantos prejuicios. He dejado fluir mi manera de vivir mis experiencias personales y la forma en la que me conecto con la sexualidad femenina.
¿Cómo has logrado encontrar un balance con tus fans hombres sin que te sexualicen en exceso?
Sí, es muy difícil, pero creo que es mucho de fortaleza interna, de no caer en estereotipos impuestos por la sociedad. Es un camino complicado de aceptación propia y también de la gente afuera. Más allá de lo físico, porque siempre ha existido la idea de que un cuerpo cambia de un día a otro, se trata de lo que la gente conecta y de cómo ve sus sueños reflejados en mí. Muchos me dicen: “Yo quisiera hacer lo que tú haces, quisiera llegar a donde estás, quisiera sentirme libre para cantar sobre cómo me siento: bonita, sexy, libre”. Creo que esa es una parte primordial dentro de mi fandom. Los hombres saben apreciarlo y no lo sexualizan. Incluso si yo lo hiciera, a mi gente no le gustaría.
¿Cuáles son los desafíos invisibles que enfrentan las mujeres en tu industria?
Que no se nos da tanto mérito a las mujeres que realmente estamos haciendo la misma labor que un hombre, tanto en producción, composición, diseño de imagen, diseño de proyecto. Todo eso tiene muy poca visualización. Afortunadamente hoy en día hay muchísimos proyectos dentro de la industria, desde el management hasta la producción, que están cambiando mucho y están dando más lugar a las mujeres.
¿Qué impacto te gustaría que tenga tu música en quienes la escuchan?
Me gustaría reflejar mucha libertad. Quiero mostrar que no todo lo relacionado con el reggaetón tiene que ser explícito o vulgar. Dentro de la intimidad, la sensualidad y la feminidad, uno puede sentirse dama, sensual, libre, poderosa, y eso quiero transmitir: confianza, empoderamiento y calidez.
¿Hay alguna época o movimiento que inspire tu música?
Me encanta el pop de los noventa, tanto lo que pasó en México como a nivel global. Fue un boom de mujeres artistas, cantantes y bailarinas. Es la época que más tomo como referente, aunque adaptando los valores a la actualidad.
¿Qué haces cuando se te va la inspiración?
Me gusta desconectarme totalmente. Si no estoy conectando, salgo de mi proyecto y vuelvo a lo personal. Escucho la música con la que crecí, de muchos géneros. También me inspiro en películas, videos y redes. Soy de armarme un “mood board” mental para después saber qué quiero reflejar, qué quiero sentir y cómo quiero que suene.
¿Quién es Julieta fuera del escenario?
Muy contraria a Cachirula. Soy introvertida, penosa y callada. La gente cree que soy extrovertida, pero en realidad soy muy reservada y me gusta estar en mi onda.
¿Qué podemos esperar de tu show en Coachella?
Mucho boyaqueo, muy mexicano, muy de la Ciudad de México. Queremos representar esta nueva escuela urbana que está surgiendo en México. Comparado con Puerto Rico, Colombia o España, aquí apenas empieza a crecer, y queremos ser referentes mostrando cómo suena el género desde nuestra visión.
¿Qué proyectos vienen en 2026?
La verdad no sabemos qué vaya a venir después de Coachella, que nos cayó de sorpresa. Esperamos más música y colaboraciones. Primeramente estaremos trabajando con Cris Mojotá y con Bad Bunny el siguiente año.
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