México se distingue por una mesa llena de tradición, donde cada platillo refleja historia, familia y cultura. Las recetas varían según la región, pero todas comparten un mismo objetivo: reunir a los seres queridos alrededor de sabores que evocan celebración y abundancia.
¿Cuáles son los platillos más típicos de la temporada?
Entre los guisos más representativos de la cena mexicana destacan preparaciones que combinan ingredientes locales con influencias europeas, creando un menú único que se repite año tras año en hogares de todo el país.
Bacalao a la vizcaína

Este platillo de origen español se convirtió en un clásico de la Navidad mexicana. Se prepara con bacalao desalado, jitomate, aceitunas, alcaparras y pimientos, cocinado lentamente hasta lograr una salsa espesa y llena de sabor. Se sirve acompañado de pan para aprovechar cada bocado de la salsa, y suele ser uno de los primeros en agotarse en la mesa.
Romeritos con mole

Los romeritos son hierbas que se cocinan con mole poblano y papas, a menudo acompañados de tortitas de camarón seco. Su sabor intenso y la mezcla de texturas lo convierten en un platillo emblemático de la temporada. Es común que se sirva en grandes cazuelas, listo para compartir entre toda la familia.
Pierna de cerdo al horno

La pierna de cerdo marinada con especias, jugo de naranja y hierbas se hornea lentamente hasta quedar jugosa y aromática. Es uno de los platos más rendidores de la cena, pensado para alimentar a grupos grandes. Se acompaña con puré de papa, ensalada o arroz, y suele ocupar el lugar central de la mesa.
Ensalada de manzana

Este postre fresco y cremoso es infaltable en las cenas mexicanas. Se prepara con manzana en cubos, crema, nuez y pasas, aunque algunas versiones incluyen piña o durazno. Su dulzor contrasta con los sabores fuertes de los guisos principales y aporta un toque ligero que equilibra la comida.
¿Qué bebidas y postres complementan la cena navideña mexicana?
Además de los platos fuertes, la mesa se completa con ponche de frutas caliente, elaborado con tejocote, guayaba, manzana, canela y piloncillo, que se sirve en las posadas y durante la cena. Los buñuelos, crujientes y bañados en miel de piloncillo, son el cierre perfecto para la velada, acompañados de villancicos y brindis familiares.



