CNCO revisitó una colección de hits de otras épocas y los renuevan para que las generaciones actuales también experimenten un Déja Vù al escucharlos.
Por: Luis Hector Mendoza Garrido
El sentido de confort que algunas cosas nos dan al remitirnos a otras épocas es muy variado, pasa con los olores, con las imágenes y sobre todo pasa con los sonidos y casi siempre se representa con un estado de plenitud, de felicidad, te hace recordar personas e instantes que son importantes en nuestras vidas, son, en pocas palabras, esos días maravillosos.
En su tercer álbum de estudio, realizado íntegramente durante la pandemia, CNCO nos ha entregado un cúmulo de covers, muy en su estilo, que nos remite justamente a esa zona de confort de la que hablábamos arriba. En palabras de ellos mismos, éste álbum es un regalo auditivo para todos sus fans y una forma de ver una época en la que no necesariamente vivieron, pero que si les llegó quizás por alguna generación más grande que ellos.
Después de tener años agitados entre promoción, viajes y conciertos, el 2020 sirvió para que pudieran pausar un poco y re conectar con ellos mismos, con sus entornos, con sus familias y entonces re conectar también con esos sonidos que los inspiraron en cierto sentido y los impulsaron a llegar hasta donde están en este momento; así fue como surgió la idea de armar estas canciones, seguir teniendo presencia en las plataformas musicales y continuar generando una conversación que desde el 2016 no ha cesado y que con el correr de los años se ha vuelto cada más sólida.
Hoy en día, hablar de CNCO es hablar de una de los boy bands más importantes (si no es que la más) del movimiento urbano a nivel América Latina y Estados Unidos.
También es hablar de una agrupación que ha tenido oportunidad de colaborar con muchas personalidades de la música con lo que han logrado enriquecer el sonido de la banda, logro que para nada es menor y mucho menos teniendo en cuenta que no todas las historias salidas de realitys de búsqueda de talentos han tenido el éxito que ellos mantienen hasta el día de hoy.
Con este último material CNCO nos ha mostrado una vez más que la oda a la nostalgia siempre es un buen negocio, ahora bien, una cosa es armar por armar estas odas y una diferente es lo que ellos lograron al hacer un disco con un concepto, en el cuál demuestran fielmente sus influencias y con el que de cierta manera abren más puertas a que más gente se vaya sumando al proyecto CNCO y así dejar mucho más claro quien está haciendo las cosas bien y como lograrlas mejor.
En una época en la que el formato de boy band está casi extinto, CNCO nos demuestra que la unión en muchas ocasiones genera la fuerza, esperemos que en años consecuentes, encontremos nuevas personas que estén haciendo covers en otros ritmos de canciones como Reggaeton Lento, porque será en ese momento en que Christopher, Erick, Joel, Richard y Zabdiel experimentarán lo que varios de los artistas que hoy coverean están sintiendo, y será recordar esos días maravillosos, esa zona de confort.
