La pirámide de Menkaure, la más pequeña de las tres grandes estructuras de Giza, vuelve a ser protagonista de titulares internacionales. Un equipo de especialistas de la Universidad de El Cairo y la Universidad Técnica de Múnich, trabajando bajo el proyecto ScanPyramids, ha identificado dos vacíos de aire en la fachada oriental del monumento. Estos espacios, según los expertos, podrían ser la clave para confirmar la existencia de un acceso alternativo que permaneció oculto durante más de 4,500 años.

Tecnología de punta para explorar el pasado
El descubrimiento fue posible gracias al uso de métodos no invasivos como tomografía eléctrica, radar y ultrasonido, herramientas que permiten observar el interior de las estructuras sin dañarlas. Los resultados revelaron anomalías detrás de bloques de granito pulido que han intrigado a los egiptólogos durante décadas. Estas piedras, de unos cuatro metros de altura y seis de ancho, presentan un acabado tan perfecto como el que enmarca la entrada principal en el lado norte, lo que refuerza la hipótesis de que podrían ocultar un acceso secundario.
Un hallazgo que recuerda a otros misterios
Este avance se suma a descubrimientos previos en la Gran Pirámide de Keops, donde en 2023 se identificaron corredores ocultos y un enorme vacío interno. Sin embargo, los espacios detectados en Menkaure son distintos en forma y disposición, lo que sugiere que podrían responder a un propósito diferente. Algunos investigadores creen que podrían haber sido diseñados como pasajes ceremoniales o incluso como rutas de acceso para sacerdotes y guardianes del templo funerario.

Implicaciones para la arqueología
De confirmarse la existencia de una entrada secreta, el hallazgo podría reescribir parte de la historia de las pirámides de Giza. La pirámide de Menkaure, construida alrededor del 2510 a.C. como tumba del faraón de la IV Dinastía, ha sido objeto de múltiples enigmas, incluyendo la desaparición de su sarcófago en el siglo XIX. Una nueva entrada podría ofrecer pistas sobre rituales funerarios, técnicas de construcción y la organización interna de las cámaras.
Reacciones de la comunidad científica
La noticia ha generado entusiasmo entre arqueólogos y egiptólogos de todo el mundo. Mientras algunos mantienen cautela y esperan más estudios antes de confirmar la hipótesis, otros consideran que este hallazgo es uno de los más relevantes en la arqueología egipcia de los últimos años. El hecho de que se haya logrado mediante tecnologías modernas refuerza la importancia de combinar ciencia y patrimonio cultural.

Lo que sigue en la investigación
Los próximos pasos incluyen estudios más detallados de las cavidades y posibles exploraciones con robots diseñados para ingresar en espacios reducidos. Aunque aún no se ha abierto físicamente ningún acceso, los investigadores confían en que las pruebas actuales son lo suficientemente sólidas para sostener la teoría de una entrada oculta.
¿Qué significa para los visitantes y el turismo?
Si se confirma la existencia de un acceso secreto, el hallazgo podría convertirse en un atractivo turístico de gran impacto. La meseta de Giza ya recibe millones de visitantes cada año, y una nueva entrada en la pirámide de Menkaure añadiría un elemento de misterio y fascinación que reforzaría el interés global por el legado egipcio.
Un secreto que podría cambiar la historia de las pirámides
Más allá del turismo, este hallazgo tiene el potencial de transformar la manera en que entendemos las prácticas funerarias y arquitectónicas del Antiguo Egipto. Una entrada secundaria en Menkaure abriría nuevas preguntas sobre la función de las pirámides y sobre el simbolismo que los faraones buscaban transmitir con estas majestuosas construcciones.



