Lavar el pollo antes de cocinarlo es una costumbre muy arraigada en muchas cocinas, especialmente en América Latina. Lo hemos visto hacer a nuestras madres, abuelas y tías durante años, como si fuera un paso obligatorio antes de ponerlo en la sartén o al horno. Pero, aunque parezca una práctica higiénica, la realidad es que podría estar poniendo en riesgo tu salud sin que lo sepas.
En lugar de eliminar bacterias, enjuagar el pollo bajo el chorro de agua puede esparcir microorganismos peligrosos por toda tu cocina. Aquí te explicamos por qué los expertos en salud recomiendan evitar esta práctica y cuál es la forma correcta de manipular el pollo crudo para cocinarlo de forma segura.
¿Por qué no se debe lavar el pollo antes de cocinarlo?
Aunque parezca contradictorio, lavar el pollo crudo no lo hace más limpio. De hecho, puede ser contraproducente. Al enjuagar, el agua puede salpicar y dispersar bacterias como Campylobacter o Salmonella en superficies cercanas, utensilios, trapos o incluso en otros alimentos.
Estas bacterias son responsables de infecciones gastrointestinales que pueden provocar síntomas como diarrea, fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos más graves, pueden derivar en complicaciones como el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad neurológica que afecta los músculos y el sistema nervioso.
¿Qué bacterias puede tener el pollo crudo?
- Campylobacter: una de las principales causas de gastroenteritis.
- Salmonella: conocida por provocar intoxicaciones alimentarias.
- Estafilococos: que pueden causar infecciones estomacales.
¿Cómo se debe limpiar el pollo de forma segura?
En lugar de lavarlo con agua, lo recomendable es retirar impurezas visibles con una toalla de papel o un paño limpio. Puedes usar estos materiales para quitar restos de grasa, piel o huesos sueltos. Eso sí, asegúrate de lavarte bien las manos antes y después de manipular el pollo, y desinfectar cualquier superficie que haya estado en contacto con él.
¿Cuál es la forma correcta de desinfectar el pollo?
La única manera efectiva de eliminar las bacterias del pollo es cocinándolo a la temperatura adecuada. Se recomienda que la carne alcance al menos 75°C en su interior para asegurar que todos los microorganismos hayan sido destruidos. Usar un termómetro de cocina puede ayudarte a verificar que el pollo esté completamente cocido.
¿Qué pasa si ya lavaste el pollo?
Si ya lo hiciste, no te preocupes, pero asegúrate de limpiar y desinfectar bien todas las superficies, utensilios y tus manos. Así evitarás que las bacterias se propaguen y contaminen otros alimentos.
