La llamada “Súper Gripe” H3N2, un subtipo de influenza A, está detrás de un aumento inusual de contagios invernales en Europa y Estados Unidos. En Reino Unido, la presión hospitalaria y brotes escolares han forzado cierres temporales y el retorno de medidas preventivas en espacios públicos.
¿Qué es H3N2 y qué significa que sea del subclado K?
H3N2 es un subtipo del virus de influenza A identificado por las proteínas de su superficie: hemaglutinina (H3) y neuraminidasa (N2), claves para la entrada a las células y su replicación. El subclado K ha mostrado una transmisibilidad elevada en la temporada actual, con señales de menor respuesta a la vacuna estacional en algunos reportes preliminares.
¿Qué está pasando en Reino Unido y por qué hablan de “Súper Gripe”?
Autoridades y medios británicos reportan hospitales con alta ocupación y cierres puntuales de escuelas ante brotes de H3N2 subclado K. Se han recomendado otra vez cubrebocas en transporte y oficinas para personas con síntomas leves, una imagen que recuerda protocolos de etapas duras de la pandemia, aunque hablamos de influenza estacional y no de un virus nuevo.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de H3N2?
El cuadro empieza con rapidez y puede confundirse con otros respiratorios: fiebre alta, tos seca o persistente, dolor de garganta, congestión, cefalea, malestar general y dolores musculares. En algunos pacientes se suman fatiga intensa y molestias gastrointestinales como vómito o diarrea. Estos síntomas han sido señalados por servicios de urgencias en las últimas semanas.
¿Quiénes son más vulnerables y por qué importa la temporada invernal?
La influenza H3N2 afecta con mayor severidad a adultos mayores, niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas o inmunidad comprometida. En Estados Unidos y Europa, H3N2 domina hospitalizaciones en ancianos al inicio de la temporada, un patrón históricamente asociado a este subtipo y que refuerza la urgencia de medidas básicas de prevención.
¿Por qué circula con fuerza y qué se sabe de su transmisión?
La influenza se propaga por gotas respiratorias y aerosoles, favorecida en interiores mal ventilados y en el invierno por más tiempo bajo techo y menor humedad. Brotes escolares son comunes cuando hay alta circulación: la mezcla de grupos amplios y contacto cercano acelera la transmisión, y por eso se activan pausas o protocolos reforzados para cortar cadenas de contagio.
¿Las vacunas sirven si se habla de “menor respuesta”?
La concordancia entre cepas circulantes y la composición de la vacuna puede variar cada temporada. Aun cuando algunos reportes sugieren que el subclado K podría reducir la efectividad relativa, la vacunación sigue asociándose con menor riesgo de hospitalización y cuadros graves, especialmente en mayores y grupos vulnerables. Es una herramienta de mitigación más que una garantía absoluta.
Mantener reposo en casa si hay síntomas, ventilar espacios cerrados, usar mascarilla en interiores concurridos, lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir utensilios son pasos básicos. También es recomendable hidratarse, descansar y no automedicarse sin indicación profesional. En escuelas y oficinas, protocolos claros de limpieza y pausas temporales ayudan a estabilizar brotes.
