Cada año, el cielo de junio nos regala un espectáculo que va más allá de lo visual: la Luna de fresa. Aunque su nombre puede sonar dulce y romántico, este evento astronómico tiene raíces profundas tanto en la ciencia como en la espiritualidad.
¿Por qué se llama Luna de fresa?
El término “Luna de fresa” proviene de las tribus algonquinas de América del Norte, quienes nombraban cada Luna llena del año en función de los ciclos agrícolas. En este caso, la Luna de junio coincidía con la temporada de recolección de fresas silvestres, de ahí su nombre. A pesar de lo que sugiere, esta Luna no se ve rosada ni roja; su color es similar al de cualquier otra Luna llena.
Desde el punto de vista astronómico, se trata simplemente de la Luna llena que ocurre en junio, marcando el inicio del verano en el hemisferio norte. Es un momento ideal para observar el cielo, ya que las noches son más cortas, pero más despejadas, lo que permite una mejor visibilidad del satélite natural.
“Luna, tú que lo ves”…🌕 Entérate cuándo será la luna de fresa y qué puedes hacer en esta fecha para conectar con tu energía.✨🍓https://t.co/G4k4AjHNQp pic.twitter.com/wnqc2Mu6Oq
— Revista moi (@revistamoi) May 29, 2025
Luna de fresa en la astrología
En el plano astrológico, la Luna de fresa suele ocurrir cuando el Sol está en Géminis y la Luna en Sagitario, signos opuestos que activan temas como el aprendizaje, la comunicación, la búsqueda de sentido y la libertad. Esta combinación genera una energía que invita a cuestionar creencias, explorar nuevas ideas y abrirse a experiencias transformadoras.
Es un momento propicio para tomar decisiones importantes, iniciar viajes, comenzar estudios o cerrar ciclos mentales y emocionales. Las emociones tienden a intensificarse durante las lunas llenas, y esta no es la excepción. La luna de fresa nos impulsa a soltar lo que ya no sirve y a dar espacio a lo nuevo, con una mirada más amplia y consciente.
¿Qué simboliza la Luna de Fresa?
Más allá de su belleza, la Luna de fresa representa un tiempo de plenitud. Al coincidir con la temporada de cosecha, se asocia con la abundancia, tanto en lo material como en lo emocional. Muchas personas aprovechan su energía para realizar rituales de agradecimiento, limpieza energética o manifestación de deseos.