A lo largo de los años, Chayanne se ha ganado un lugar especial en el corazón del público latinoamericano. Su carisma, talento y presencia constante en la música lo han convertido en mucho más que un ídolo pop: para muchos, es una figura paternal simbólica. En México, este cariño se ha transformado en un apodo que se repite cada Día del Padre y en redes sociales: “el papá de México”. Pero, ¿cómo surgió esta divertida etiqueta y por qué se ha mantenido con tanta fuerza?
Más allá de sus éxitos musicales, el cantante puertorriqueño ha construido una imagen pública impecable, alejada de escándalos y cercana a sus fans. Su trayectoria, que comenzó en los años 80, sigue vigente y su popularidad no ha disminuido, sino que se ha transformado en una especie de fenómeno cultural.
¿Por qué se le llama “el papá de México”?
El apodo nació como una broma entre generaciones. Muchas mujeres que crecieron escuchando a Chayanne en los años 80 y 90 lo consideraban su amor platónico. Con el paso del tiempo, esas fans se convirtieron en madres y comenzaron a decir en tono de juego que Chayanne era “el verdadero padre” de sus hijos.
La frase se volvió viral y cada año, especialmente en junio, su nombre aparece en memes, publicaciones y dedicatorias durante el Día del Padre. Lo que comenzó como una ocurrencia se convirtió en una tradición digital que refuerza el cariño que México le tiene al cantante.
¿Chayanne ha respondido a este apodo?
Sí. Aunque durante años lo tomó con humor y discreción, fue en junio de 2024 que Elmer Figueroa, su nombre real, aceptó públicamente el apodo de “papá de México”, provocando aún más entusiasmo entre sus seguidores.
Este gesto fue celebrado por sus fans, quienes lo consideran una muestra de cercanía y agradecimiento por el cariño que ha recibido durante décadas.
¿Quiénes son los verdaderos hijos de Chayanne?
Aunque millones de mexicanos lo reclaman como padre simbólico, Chayanne tiene dos hijos biológicos: Lorenzo Valentino e Isadora Sofía, fruto de su matrimonio con Marilisa Maronesse, con quien está casado desde 1992. La pareja ha mantenido una relación estable y discreta, alejada de los reflectores.
Isadora ha seguido los pasos de su padre en la música, compartiendo videos donde canta y toca instrumentos. Por su parte, Lorenzo se ha enfocado en el diseño de moda y ya cuenta con su propia marca.