El Museo del Louvre, símbolo de la historia y el arte en Francia, fue escenario de un robo que ha dejado al país en estado de shock. En lo que muchos han calificado como una tragedia cultural, un grupo de delincuentes logró sustraer varias piezas de altísimo valor histórico y artístico, muchas de ellas vinculadas directamente con figuras emblemáticas como Napoleón Bonaparte y la emperatriz Eugenia.
El robo ocurrió en una de las salas más resguardadas del museo: la Galería Apolo, donde se exhiben las joyas de la Corona francesa. En apenas siete minutos, los ladrones lograron vulnerar dos vitrinas de alta seguridad y escapar con nueve piezas únicas.
¿En qué parte del Museo del Louvre ocurrió el robo?
El atraco se llevó a cabo en la Galería Apolo, ubicada en el nivel superior del Louvre. Este espacio es conocido por albergar algunas de las joyas más valiosas de la historia francesa. Los ladrones accedieron al museo desde la calle, logrando ingresar sin ser detectados hasta llegar a las vitrinas que protegían las piezas históricas.
Una de las joyas, la corona de oro de la emperatriz Eugenia, fue encontrada cerca del lugar del robo, aunque con daños visibles. El resto de los objetos desaparecieron sin dejar rastro. Las autoridades sospechan que los ladrones tenían un conocimiento detallado del museo y de las medidas de seguridad, lo que les permitió ejecutar el robo con precisión quirúrgica.
Los ladrones ingresaron a la Galería de Apolo desde la calle
Entre los objetos sustraídos se encuentra un conjunto de joyas de diamantes y zafiros que fueron usados por varias figuras de la realeza europea, incluyendo Hortensia de Beauharnais, María Amelia y Isabel de Orleans. La pieza más destacada es una diadema con 24 zafiros de Ceilán y más de mil diamantes, que puede desmontarse para convertirse en broches.
También fue robado un collar de esmeraldas y diamantes que Napoleón regaló a María Luisa como obsequio de bodas en 1810. Esta joya, elaborada por el joyero François-Régnault Nitot, incluye 32 esmeraldas talladas y más de mil diamantes. A pesar de que la tiara original fue modificada y vendida, el collar y los pendientes se conservaron intactos y fueron adquiridos por el Louvre en 2004.
¿Qué simboliza el robo de estas joyas históricas?
Más allá del valor monetario, las piezas robadas representan capítulos clave de la historia francesa. El broche relicario de la emperatriz Eugenia, por ejemplo, no solo es una obra de arte, sino también un símbolo de su fe católica, ya que contiene una reliquia sagrada. Esta pieza incluye diamantes históricos que alguna vez pertenecieron al rey Luis XIV.
Otro objeto robado fue el broche de lazo, originalmente parte de un cinturón de diamantes que Eugenia lució en eventos oficiales. Esta joya fue transformada en una pieza independiente con borlas de diamantes en cascada, y permaneció en manos privadas hasta que el Louvre la recuperó en 2008.
La diadema de perlas, también de Eugenia, es otra de las piezas sustraídas. Con más de 200 perlas y casi 2,000 diamantes, esta joya representa el lujo y la elegancia de la corte francesa del siglo XIX.
Robada pero recuperada: la corona de Eugenia
Aunque la mayoría de las piezas siguen desaparecidas, una de ellas fue recuperada: la corona de la emperatriz Eugenia. Esta pieza, elaborada en oro y decorada con más de mil diamantes y decenas de esmeraldas, fue encontrada cerca del museo, aunque con daños visibles. Las autoridades creen que los ladrones la abandonaron al no poder transportarla sin ser detectados.
Expertos en arte temen que el resto de las joyas sean desmanteladas, fundidas o vendidas por partes, lo que significaría una pérdida irreparable para el patrimonio cultural francés. Dado lo reconocibles que son estas piezas, es probable que los delincuentes intenten modificar su apariencia para evitar ser rastreados.
