La salsa, uno de los géneros más icónicos de la música latina, no solo tiene una rica historia, sino que también ha resurgido con fuerza en la música contemporánea gracias a artistas como Bad Bunny y Rauw Alejandro.
¿Cómo un género con raíces tan tradicionales sigue cautivando a nuevas generaciones? La respuesta está en su capacidad de adaptación y en la conexión profunda con otros géneros urbanos como el reguetón. Desde su nacimiento en los barrios de Nueva York hasta su influencia en los sonidos modernos, la salsa continúa siendo un puente entre generaciones y un tributo a la diversidad cultural latina.
El nacimiento de la salsa
La salsa como género musical es el resultado de una compleja fusión cultural. Sus raíces se encuentran en ritmos cubanos como el son cubano, el mambo, el guaguancó, la guajira y el chachachá, combinados con la plena y la bomba de Puerto Rico así como los elementos afroamericanos del jazz y el blues. A lo largo de las décadas de 1930 a 1950, músicos legendarios como Arsenio Rodríguez, Machito y Benny Moré sentaron las bases de lo que más tarde se conocería como salsa.
En las décadas de 1960 y 1970 este género se consolidó en Nueva York gracias al esfuerzo de músicos puertorriqueños como Tito Puente, Héctor Lavoe, Willie Colón y Celia Cruz, quienes, bajo el sello discográfico Fania Records llevaron la salsa a un éxito internacional. Johnny Pacheco, cofundador de Fania, definía la salsa como “la música cubana enriquecida por las influencias culturales de Nueva York”.
El término “salsa” fue inicialmente una estrategia de marketing en Nueva York para unificar diferentes ritmos latinos bajo un mismo nombre. De manera similar, el reguetón tuvo que encontrar su identidad frente a críticas iniciales.
Lazos entre la salsa y el reguetón
El reguetón, aunque es más reciente, comparte raíces caribeñas con la salsa. Ambos géneros son una expresión de la identidad cultural de la emigración latina y utilizan ritmos que invitan al baile.
En sus inicios, el reguetón fue influenciado por géneros como el dancehall y el hip hop, pero con el tiempo, los artistas han comenzado a mirar hacia atrás para incorporar los sonidos tradicionales de la salsa. Esto no solo da un toque nostálgico, sino que también muestra el respeto por los géneros que mostraron el camino para la música latina en el escenario global.
Hay mucha relación entre el reguetón, la salsa e incluso el hip hop sobre todo en la manera en que se conectan estos sonidos que cuentan lo que pasa en el barrio, por ejemplo, el cantante puertorriqueño de salsa Ismael Rivera llevó el idioma del sufrimiento de los negros y los pobres a los salones de baile. De manera similar, el reguetón, con artistas como Tego Calderón, reflejó las vivencias de la calle en su álbum debut El Abayarde (2002), fusionando reguetón con salsa, como en la canción Planté Bandera.
En últimos años, “Yo Perreo Sola” de Bad Bunny incluye arreglos de trompetas y un ritmo que recuerda a los clásicos de la salsa. Rauw Alejandro, por su parte, ha mencionado en entrevistas su admiración por Héctor Lavoe y cómo su música lo inspira a explorar sonidos más orgánicos y clásicos.
La salsa en la actualidad: la influencia de Rauw Alejandro y Bad Bunny
En los últimos años, la salsa ha encontrado nuevos embajadores en artistas urbanos como Rauw Alejandro, Bad Bunny y Marc Anthony, quienes empezaron fusionando este género con sonidos modernos. Por ejemplo, Rauw Alejandro sorprendió con temas como “QUE RICO CH**NGAMOS” (2022), que incorporan elementos de la salsa clásica en una producción contemporánea. Bad Bunny también ha explorado este género en canciones como “De Museo” (2021), mostrando cómo los ritmos tradicionales pueden coexistir con el reguetón y el trap.
El auge del interés por la salsa en el reguetón también refleja una tendencia más amplia hacia la autenticidad cultural. Bad Bunny y Rauw Alejandro están interesados en honrar sus raíces mientras expanden los límites de la música latina. En su últimos álbumes, “DTMF” y “Cosa Nuestra” ha sido más evidente que estos reguetoneros traen frescura sin perder la esencia original del género.
La salsa sigue siendo un género vivo, gracias a su capacidad de adaptarse y resonar con nuevas generaciones. Desde las calles de Nueva York hasta los estudios de grabación en Puerto Rico y Colombia, la salsa refleja la diversidad cultural de América Latina.
Ambos géneros, nacidos de las luchas y celebraciones de comunidades marginadas, ahora dominan escenarios internacionales, un testimonio de su poder cultural y artístico.
