Becky G ha regresado con “Encuentros”,un álbum que marca una evolución profunda en su carrera y que refleja un viaje emocional a través de su identidad y raíces mexicanas.
Después de “Esquinas“, su trabajo anterior que ya exploraba su conexión con la música mexicana y que tuvo grandes éxitos muy personales como “Querido Abuelo” donde nos permitió conocer más sobre ella, esta nueva entrega se siente aún más auténtica y con un sonido que dice Becky G.
En sus propias palabras, el álbum es un reflejo de “todo lo que encontré a lo largo de mi camino”, incluyendo su ira, miedo, esperanza y felicidad. Cada canción de los 16 tracks se siente como una parte de un todo donde la artista no teme ser vulnerable y explorar su interior.
Becky G y sus colaboraciones
Becky G destaca por su habilidad para colaborar. En su pasado álbum, “Esquinas” se unió a los grandes del regional como Peso Pluma y los Aguilar en esta etapa de descubrimiento de sus raíces mexicanas. Ahora en este álbum, cuenta con la participación de artistas como Tito Double P y Óscar Maydon, sin dejar de brillar en solitario, reafirmando su voz única en la música mexicana contemporánea.
La canción “Crisis”, junto a Tito, es un ejemplo de esta fusión de talentos que refleja la diversidad y el dinamismo de la música que ella ama.
Un momento especial del álbum es la colaboración con Delilah en “Todo”, donde ambas artistas aportan un giro moderno a la música mexicana, fusionando géneros y sonidos que la hacen destacar. Becky G se siente como una hermana mayor, guiando a una nueva generación de artistas mientras honran sus raíces y crean algo nuevo.
Becky G brilla en solitario
En “Encuentros”, Becky G se deja escuchar al tener mayores canciones en solitario. Además, el tema “Otro Capítulo” rinde homenaje a las influencias de iconos como Selena Quintanilla, evocando ritmos que recuerdan su legado y la responsabilidad que siente Becky G de continuar construyendo sobre esa base.
En “Como Diablos”, Becky demuestra su capacidad para mezclar la tradición con la modernidad. Esta canción, un ejemplo bien ejecutado de corrido tumbado se acompaña de un video impactante grabado en México, donde la artista se presenta como una figura poderosa en medio de un caos visual que simboliza su proceso de autodescubrimiento y liberación emocional.
El uso de la moda del reconocido diseñador chicano Willy Chavarria añade un toque cultural que complementa la narrativa visual de la canción.