Los Corridos Tumbados son esa nueva saliente del regional mexicano que esta acaparando la escena musical
Por: Andrés Quiroz
El origen del narcotrafico en México es una incognita. Mientras que algunos señalan que todo comenzo con los inmigrantes chinos llegados a México a principios del siglo XX cargados de opio así como el conocimiento sobre su cultivo, hay algunos otros que creen que todo realmente empezó muchos años más tarde, cuando Estados Unidos, bajo la administración de Franklin Roosevelt, supuestamente impulso el cultivo de la amapola en nuestro país, y así poder ayudar a sus soldados durante la Segunda Guerra Mundial enviando grandes cantidades de morfina para aliviar su dolor.
Lo cierto es que no importa cual de las dos sea el verdadero comienzo, la realidad es que el narco es algo que lleva años siendo parte de nuestra existencia, incluso de nuestra cultura, y como diría Frida Kahlo “Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad”, y bajo esta idea, la música regional mexicana se ha encargado de plasmar esta realidad en arte: desde los corridos de antaño, pasando por los narcocorridos, los corridos alterados y ahora los corridos tumbados.
Los Corridos Tumbados son esa nueva saliente del regional mexicano que esta acaparando la escena musical no solo en México sino ahora también en el mundo, y como todo nuevo género creciente, no cuenta con uno si no con varios grandes exponentes, uno de ellos es “Peso Pluma”. Cantante y compositor originario de Zapopán, Jalisco, quién se ha convertido en el estandarte del género a nivel mundial y quien recientemente ha estrenado “Génesis”.
Como lo dice el nombre, “Génesis” parece ser el comienzo del nuevo orden dentro de los Corridos Tumbados, así como el takeover mundial del género. El albúm parece canalizar esta arrogancia rebelde que lo caracteriza en una colección de canciones enérgicas que impulsan los corridos hacia sus raíces, pero también hacia el futuro. Aunque este disco es el tercero en la discografía de Peso Pluma se siente como el primero.
Hassan esta totalmente en modo bélico en “Zapata“; canta “Aclaro, somos hombres, no payasos”, una oda a la fuerza que extrajo del Caudillo de Sur, el General Emiliano Zapata.
En “Rubicon” se encogen de hombros ante aquellos que no lo quieren ver y escuchar, mientras mantiene pequeño su círculo de amigos y disfruta de vivir la gran vida en medio de un poco de música de banda. “Los collares que llevo en el pecho me cuidan / Alejan a los celosos y traidores”.
En “77”, acompañado de la estrella del trap puertorriqueña Eladio Carrión, Peso Pluma nos regala la canción más bélica del disco, mientras que en “Lady Gaga” al lado de Gabito Ballesteros y Junior H, llega el momento más sensual del disco. Por otro lado, “Bye” es un escalofriante beso de despedida a una ex amante que le rompió el corazón. Canta sobre aplacar su dolor con mariguana y alcohol en una emotiva interpretación que suena como si viniera de lo más profundo de su alma.
“Luna” la mejor canción del álbum, es un ejemplo de la evolución del género. Con influencias que parecen ser sacadas del rock alternativo, Junior H y Peso Pluma convierten los característicos acordes de guitarra usualmente usados en los corridos, en una suave melodía que recuerda a las baladas emo de los dos mil, mientras que ambos le piden a la luna que cuide a sus ex-amantes que aún permanecen en sus mentes. “Lagunas” brilla con un encanto similar, mientras Hassan y Jasiel Nuñez recuerdan relaciones pasadas que quizás podrían haber funcionado en otra galaxia.
Este álbum demuestra que la música regional mexicana ya no es solamente regional, ahora es mundial, llevando un paso más allá nuestra cultura de una manera refrescante, haciéndonos preguntar ¿Con qué más nos sorprenderán los corridos tumbados?.
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